MODERNA BUENOS AIRES
un programa

Sede Corporativa INSUD (Ex Residencia Díaz Vélez)

1906

Residencial

MEMORIA

Tras la fachada rigurosamente restaurada del petit hotel de la calle Paraguay al 1535, se desarrolla una obra que potencia los valores originales del edificio histórico con los de una nueva intervención, brindando al interior de la manzana urbana un episodio arquitectónico inesperadamente bucólico y contemporáneo. Por otra parte, la fachada vidriada del nuevo edificio que fue proyectada para esta puesta en valor y refuncionalización, buscó resaltar por contraste la cualidad espacial y textural de la obra original. Construido a principios del 1900 como residencia de la familia Díaz Vélez, el edificio fue proyectado por el ingeniero Carlos María Agote García y es el único que se conserva de su serie petits hotels.

Con el objeto de albergar en una única sede las 7 empresas de diferentes rubros que integran un grupo corporativo, el proyecto debía ensamblar la pieza preexistente de valor patrimonial aunque seriamente deteriorado de 1790 m2 con una nueva intervención de 1600 m2. 
Se realizaron tareas de reciclaje, conservación y restauración a fin de recuperarlo al tiempo que se creaban los ámbitos adecuados para el trabajo con los niveles de confort y habitabilidad laboral necesarios para el nuevo ciclo de vida. Además, se dedicó un gran esfuerzo a ocultar la sofisticada renovación tecnológica del conjunto, cuyas operaciones de seguridad, iluminación, climatización y comunicaciones son comandadas por un único centro domótico. 

El revestimiento símil piedra de la fachada estilo académico del edificio original se hallaba afectado por desprendimientos, fisuras y demoliciones parciales. La restauración consistió en devolverle sus atributos originales, para lo cual se repararon los tramos deteriorados, se renovó el revestimiento, se rehicieron las ménsulas de soporte del balcón y en talleres artesanales especializados se repararon los portones de hierro de acceso.

El carácter de la porte cochère (puerta cochera) había sido desdibujado por intervenciones inadecuadas como la obstrucción de la claraboya y la aplicación de pintura sobre el revestimiento símil piedra. Recuperados y resaltados sus valores originales, el ámbito se convirtió en el espacio que articula sus diferentes funciones, conectando el gran hall ubicado en el piano nobile, con distintos niveles de oficinas, las nuevas construcciones en el contrafrente y mediante una nueva escalera con el auditorio también ubicado en el subsuelo. 
Ocupando el centro del piano nobile -al cual se accede por una amplia escalinata-, el gran hall se desarrolla en doble altura constituyendo el principal ámbito de carácter ceremonial de la obra y su más significativo espacio interior. La lucarna que lo coronaba en el proyecto de Agote había sido cegada, de manera que en su lugar se proyectó una pieza contemporánea, proveyendo así de una adecuada iluminación natural a las obras de la colección privada de arte moderno que allí se exponen.

El jardín de invierno es una pieza singular y de valor único dentro de nuestra cultura arquitectónica. Su muro cuenta con un tratamiento en relieve que simula un treillage (celosía) de madera, y una amplio vitreaux lo abre al patio posterior. Se encuentra conformado por vidrios incoloros de diversas texturas, a las que hacen eco las pequeñas baldosas de vidrio sobre una estructura de hierro fundido que constituyen el piso de este local. Afectado por roturas y filtraciones, para permitir la restauración de todos sus componentes por parte de un avezado equipo de técnicos y artesanos, el vitreaux fue desmontado en su totalidad y vuelto a armar en su posición original.

Hacia el fondo del terreno se había construido una obra utilitaria de hormigón y mampostería. Este agregado no solo carecía de valores, sino que su altura superaba la máxima permitida de basamento, y su proximidad al edificio histórico impedía la apreciación del jardín de invierno, de manera que se procedió a su demolición. En consecuencia se proyectó un volumen neto de poca altura para incluir nuevos espacios laborales, de servicio y el auditorio con su amplio foyer. Para albergar entonces los 1600 m2, se decidió excavar la superficie total del fondo concibiendo este nuevo volumen en 3 niveles ocupando el subsuelo con las 2/3 partes del programa y albergando en él, un patio menor de servicio lateral y un gran patio en el amplio espacio de separación con el Palacio. Una escalera de 3 tramos conecta, a modo de promenade, los distintos niveles del patio a la vez que proporciona una lectura visual integral de la totalidad de la intervención. Es así que, ambas partes, la nueva y la preexistente, se articulan por un patio que aporta una nueva cualidad al corazón de manzana.

Además de las nuevas oficinas, el programa solicitado incluía un auditorio para 80 personas con acceso directo de público, elemento que fue calzado por debajo del Palacio. Para integrar espacialmente lo existente y lo nuevo, el espacio creado entre ambos bloques fue concebido como un patio de esculturas desarrollado en 3 planos: el primero a nivel de la port cochère desde donde se accede al nuevo edificio; el segundo, inferior, que sirve como expansión del foyer del auditorio; y el tercero, sobre la cubierta de éste último que actúa como terraza intermedia a la salida del jardín de invierno. El foyer, al que se accede desde la mencionada escalera en la port cochère, funciona asimismo como acceso alternativo cubierto al nuevo bloque. 

Las nuevas cubiertas se proyectaron como terrazas-jardín, dotando al conjunto de un ambiente cambiante según las estaciones y las condiciones del clima. De este modo, la rica volumetría excavada del patio con sus obras de arte, los jardines, y la discreta presencia de la nueva construcción aportan una nueva calma y armonía al desordenado corazón de esta manzana de la ciudad.

Memoria de los autores 

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