MODERNA BUENOS AIRES

un programa

Se construye en un predio de 10.000m2 de la Plaza Las Heras (ex Penitenciaria) cedido por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1968. Con una superficie de 5.900m2 se inaugura en 1972 y se amplia en 1981 con un gimnasio y más aulas en los dos pisos superiores para el profesorado.

De características funcionalistas y dividida en volúmenes según etapas de construcción, la escuela se organiza con un eje longitudinal central de circulación que vincula los aulas organizadas en doble crujía, separadas a su vez según una secuencia de jardín, primaria y secundaria, a un lado, y accesos y auditorio, al otro. Este mismo sirve además como patio cerrado. El programa pedagógico es expresado en volúmenes cuyas formas traducen su función. Un eje transversal al principal de circulación indica el acceso desde el exterior y patios. La escuela repite esta estructura en los pisos superiores.

Los volúmenes articulados del edificio, se separan de los recorridos peatonales perimetrales por un amplio sector del terreno que forma una olla sobre la que se asienta el primer nivel a unos 3m de profundidad en relación con la vereda. Se disminuye así durante el uso normal de la escuela, el recorrido en vertical de la mayoría de sus usuarios. Aquí se agrupan las funciones anexas a las actividades escolares: cooperadora, comedor, depósitos, dependencias y accesos al salón de actos y el gimnasio. Dos rampas exteriores relacionan la zona de recreación exterior con las ubicadas en los niveles de enseñanza. 

Un objetivo sustancial del proyecto fue el de permitir que el edificio sufra modificaciones sin que fueran necesarias demoliciones importantes. Así, los autores crearon una unidad estructural o módulo que tuviera las dimensiones de un aula: 7.30m x 7.30m, 50m2. Para facilitar la mayor flexibilidad en las divisiones internas, se utilizó un encasetonado de losas que permitiría separar con paneles verticales tomados de dicha retícula.

Su materialidad de hormigón armado visto y las fachadas vidriadas se protegen por un entramado de parasoles verticales y horizontales también de hormigón. Los talleres especiales del piso superior utilizan lucarnas orientadas al sur y obtienen el índice lumínico adecuado sobre las mesas de trabajo.[1]